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La casa resultó muy compacta, de 18 metros. Pero está equipado con todo lo necesario: hay un lugar para dormir, cocinar y comer, trabajar, lavar. Incluso hay un lugar para descansar: una silla en la que puedes leer un libro.
El hecho de que sea tan pequeño y ensamblado en la base del remolque puede considerarse una ventaja. En invierno puedes transportarlo libremente a la ciudad. Y fuera de la ciudad, él y la electricidad no pueden consumir, trabajando completamente con baterías solares, según su propietario.
El arquitecto estadounidense pasó dos años trabajando en este edificio, como resultado, le costó varias veces más barato de lo que costaría una casa real, aunque sea pequeña. Por supuesto, no podremos permitirnos algunos detalles, pero en general son incomprensibles. Pero, ¿por qué no tratar de hacer algo similar, dejar que sea más sencillo, pero basado en la idea de una caravana?